Un gato en bicicleta
Piel de hoja (seca)
Dedos de palitos y de ramas
Ojos de avellana
Voz de papa
-¿Voz de papa?
-Sí, qué se yo -alzando un hombro.
-¿Tengo voz de papa? -insistió indignada.
Él le explicó que a veces los versos tienen esos pliegues. Ella, quiso asegurarse de hacerle saber cuán pelotudos le parecían él y sus versos. De cualquier manera se besaron encima de todos los pliegues y de todos los desencuentros, porque a veces pasa un gato en bicicleta, o pliegues, que es lo mismo.
-Menos mal que todavía hoy es posible dejar de entender algo.