martes, junio 12, 2007

Un gato en bicicleta

Piel de hoja (seca)
Dedos de palitos y de ramas
Ojos de avellana
Voz de papa


-¿Voz de papa?




-Sí, qué se yo -alzando un hombro.
-¿Tengo voz de papa? -insistió indignada.

Él le explicó que a veces los versos tienen esos pliegues. Ella, quiso asegurarse de hacerle saber cuán pelotudos le parecían él y sus versos. De cualquier manera se besaron encima de todos los pliegues y de todos los desencuentros, porque a veces pasa un gato en bicicleta, o pliegues, que es lo mismo.

-Menos mal que todavía hoy es posible dejar de entender algo.

7 comentarios:

silvia camerotto dijo...

menos mal, tomás. pero a veces, solo a veces. los pliegues saben tantas cosas...

O_o dijo...

¿Y qué otro motivo sino ese para dejarlos del lado de los relieves bajo un dedo, los alientos de la albahaca y los sinrazones en general, S.?

silvia camerotto dijo...

como la pera más alta del árbol?

O_o dijo...

¡Exacto!

O_o dijo...

Pero es difícil, ¿no? uno tiene que saber... bueno: ALGUNOS tenemos que saber...

O_o dijo...

Algunos tenemos que ver pasar un gato en bicicleta para dar un beso...

silvia camerotto dijo...

algunos,tomás, tenemos que saber y pasear en bicicleta y ser la pera más alta del árbol...